Es un verdadero espectáculo que sólo dura diez o quince días. Cada año con la llegada de Marzo, el paraje comienza a cargarse de belleza. Las variedades más tempranas lo hacen en Febrero. Nuestras variedades Guara y Ferragnes lo hacen más tarde. En general, esta tardanza en la floración puede ser buena para evitar las heladas, aunque con estos cambios que nos da el clima en los últimos años nada está asegurado.

Hace justo un año, recuerdo, la última semana de Marzo, tuvimos una noche de viento gélido con temperaturas por debajo de cero grados, parte de las flores marchitaron y el fruto no siguió adelante. Un año muy bueno en cuanto a pluviometría mermó la cosecha debido a una helada tardía.

El almendro, frutal cadufolio, deja caer sus hojas durante los meses de invierno y vuelve de su letargo en estas semanas previas a la primavera. El árbol necesita acumular horas de frío, es su descanso. En años como este, con un invierno de altas temperaturas las cosas no van como debieran y la floración se adelanta,, es como si nosotros nos despertáramos antes de lo normal por algún motivo. Es evidente que el descanso no ha sido suficiente, a ver que tal nos va este año.

Al margen de la variabilidad de las cosechas, poder disfrutar de la floración del almendro es un privilegio. Aercarse a los almendros y poderi impregnarse de la dulce frangancia que desprenden es un acto que todo el mundo deberia experimentar para registro de su almacenamiento olfativo. Vistarnos estos días es muy recomendable, asi que apuntarlo para el próximo año.